¿Cómo y cuándo ayudar a los miembros del equipo de trabajo a canalizar las emociones negativas para llevarlas a una mente ganadora? Siga la guía!

La historia de Peter Jensen está marcada de momentos memorables para el deporte canadiense. Durante nueve juegos olímpicos ha sido el entrenador y mentor de las exitosas selecciones masculinas e incluidos cuatro equipos de hockey olímpico femenino ganadores de medallas consecutivas. Su rol más que el de técnico ha sido la sabiduría para gestionar los contratiempos y la adversidad que se cargan con emociones negativas a la hora del desempeño individual y grupal. Con el deporte de nivel olímpico como laboratorio, desarrolló un profundo conocimiento de lo que se necesita para ser un gerente del alto rendimiento, saber que trasladó al portafolio de su propia marca Third Factor como el entrenamiento y alto desempeño personal para la fuerza productiva de las corporaciones globales bajo la prédica “que los líderes fuertes no rehuyen las emociones negativas de sus equipos, se apoyan en ellas y ayudan a sus miembros a gestionarlas para recuperarse y crecer”.

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La resolución del impasse emocional

Alguna vez en su desempeño como gerente de campo y mentor con un equipo nacional canadiense de hockey que jugaba su favoritismo en el mundial fue sorprendido por la decepción, frustración y enojo tras la derrota. Su desafío era demostrar que la resolución del impasse emocional podía superarse con un enfoque diferente a partir de ayudar a los miembros del equipo a canalizar sus emociones negativas y convertirlas en herramientas poderosas para desbloquear el potencial. Se sintieron fracasados, con toda la culpa y el odio que puede surgir cuando las cosas van mal en un escenario tan ruidoso.

Peter Jensen supo gestionar el deporte de nivel olímpico como laboratorio de productividad, al tiempo que desarrolló un profundo conocimiento de lo que se necesita para ser un gerente del alto rendimiento.

Era un torneo corto y el tiempo jugaba en su contra. Una sola derrota más podría significar el desastre. Tanto lo jugadores como los entrenadores sabían que estaban en peligro y había que hacer algo. La pregunta era qué. Cómo voltear un dolor psicológico relacionado con la decepción y el fracaso extremos cuyos sentimientos negativos no son exclusivos de los atletas de talla mundial y los artistas de élite.

Tenemos una versión idealizada de nosotros mismos, una versión a la que aspiramos. Cuando no estamos a la altura de ese ideal, nos sentimos insatisfechos con nosotros mismos y con nuestras acciones.

El psicólogo del siglo XX, Kazimierz Dabrowski, diría que estamos conflicto interno entre “lo que es” y “lo que debería ser”. Sabemos que podemos ser más, y que experimentamos dolor -en forma de ansiedad, duda, miedo, tristeza, ira, celos, desesperanza, vergüenza…+ – por no haber actuado en consonancia con nuestro yo ideal.

Sus contemporáneos, Frankl, Jung y Assagioli, postularon que el “dolor” descrito por Dabrowski proviene de nuestra incapacidad, en un momento dado, de estar alineados con los valores superiores que nos llaman a ser más de lo que somos. Sostenían que, en lugar de intentar deshacernos de ese dolor, deberíamos buscar su significado y preguntarnos qué potencial contiene.

Este “por qué” no es un por qué psicoanalítico que mira a una causa pasada, sino que revela posibilidades futuras. Esta actitud fomenta la trascendencia y permite a la persona ver sus dificultades desde una perspectiva diferente, más inclusiva. En cuanto dejamos de huir de este malestar y podemos mirarlo a la cara, puede comenzar la transformación.

Una verdad psicológica es que tratar de eliminar el dolor no hace más que reforzarlo. Es mejor descubrir su significado, incluirlo como una parte parte esencial de nuestro propósito y abrazar su potencial para servirnos”.

Roberto Assagioli

Cuando las personas a las que entrenamos sienten vergüenza o decepción, nuestro papel es ayudarles a dar un paso atrás y observar. En otras palabras, ayudarles a desidentificarse de su “dolor” en lugar de enterrarlo, atrincherarlo o convertirlo en un arma para utilizarlo contra ellos mismos o contra los demás. Para ello, los entrenadores (gerentes) deben hacer preguntas y observaciones que les ayuden a ver todo lo que es verdad, no sólo la pequeña parte de la verdad en la que están atrapados.

Cuando dirigimos a equipos que experimentan sentimientos negativos, especialmente sobre sí mismas, nuestro papel es discernir, y ayudarlos a discernir, lo que los sentimientos señalan – el significado que tienen – para que puedan transformarlos en algo que sirva a sus objetivos y aspiraciones más elevados como persona.

QUE COMIENCE EL COACHING

Cuando el equipo nacional de hockey canadiense estaba en peligro de caer en espiral del mundial, Peter utilizó tres tácticas que transformaron su dolor en combustible para mejorar el rendimiento.

1. RECONOCER EL DOLOR Y AYUDAR A OBSERVAR

La mañana siguiente a su gran derrota, los jugadores estaban en el vestíbulo de su hotel con un aspecto horrible. Cuando Peter les preguntó cómo se sentían, contestaron con palabras como enfadados, avergonzados, tristes y ansiosos. Habría sido fácil descartar su dolor, pero sólo hizo una observación. “Sí”. “Tienen un aspecto horrible”.

Les anunció que se dirigirían al campo para hacer estocadas (Las estocadas son ejercicios de fuerza que permiten trabajar tus cuádriceps, glúteos y los músculos que comprenden el bíceps femoral). Preguntó: “¿Cómo se verán haciendo estocadas? ¿Cómo nos veremos que hemos vuelto al campo?”.

Son preguntas que conducen a la autoobservación en lugar de juzgar.

2. PASAR A LA COMPASIÓN

Peter también ayudó a los jugadores a observarse a sí mismos pidiéndole a uno de los empleados de apoyo que repitiera una larga historia que había contado en el desayuno sobre la compra de una camiseta; una historia que los deportistas realmente no estaban de humor para escuchar. Tras la historia, preguntó: “¿por qué compró Ron esa camiseta?”.

Cuando un jugador respondió finalmente que Rob había comprado la camiseta porque había conseguido una buena oferta, Peter le explicó la moraleja de la historia: “Cierto. No iba a pagar de más. Sabe lo que valen las camisetas. Ahora mismo estás pagando de más”.

Esta fue otra declaración reflexiva que pedía a los jugadores que se miraran a sí mismos. Su afirmación no contenía ningún juicio; de hecho, era compasiva. Se trata de una declaración que pide a los jugadores que se observen a sí mismos, y que les presenta declaraciones reflexivas para que las puedan socializar.

3. IDENTIFICAR EL SIGNIFICADO DEL DOLOR

Esa tarde jugaron otro partido contra un equipo mucho más débil. Ganaron 2-0. En la mente de los jugadores, esta deslucida victoria fue una prueba más de que estaban fracasando. Su percepción era que debían haber arrasado con ese equipo. A pesar de la victoria, el equipo se hunde.

Más tarde, en una reunión de grupo, Peter pidió a cada jugador que dijera lo que significaba estar en el equipo. Dijeron que significaba todo para ellos. En historias personales sobre el apoyo de la familia, la recaudación de dinero en los pueblos, el triunfo sobre las lesiones y el patriotismo. Se derramaron muchas lágrimas.

Al hacer esto, Peter les ayudaba a ver el significado de su dolor. El equipo no había estado a la altura de su potencial; no había hecho lo que era capaz de hacer. Con claridad sobre el propósito del dolor, podían dejar de ser el motivo del abucheo de su propia actuación y avanzar hacia lo que “debería ser”.

Durante el resto del mundial, Peter mantuvo vivo el significado del dolor para los jugadores cada vez que hablaba con ellos:

En los entrenamientos les decía: “Un jugador estadounidense (su rival) se ha levantado hoy, ha trabajado muy duro porque sabe que se encontrará con usted en el partido por la medalla de oro. ¿Qué vas a hacer hoy en el entrenamiento para demostrar que estás de vuelta?”.

En la sala de pesas reflexionaba: “Recordad lo que aprendimos después de esa derrota. Recordad que estamos mejorando cada día. ¿Puedes mejorar un 1% hoy? ¿Qué estás haciendo para mejorar un 1% hoy?”.

Este es un ejemplo perfecto de lo que hace un entrenador con los sentimientos negativos. Un coach ayuda a sus jugadores a descubrir lo que significa para ellos, lo que los sentimientos señalan sobre lo que quieren hacer de forma diferente.

Al reconocer sus sentimientos y ayudar a los jugadores para observar e identificar el significado de su dolor, Peter pudo ayudar al equipo a transformar sus emociones negativas en motivación para rendir al máximo nivel. El equipo permaneció invicto durante el resto del torneo y perseveró hasta ganar la medalla de oro, no a pesar de sus sentimientos negativos, sino gracias a ellos.

CUANDO LOS SENTIMIENTOS NEGATIVOS SE CONVIERTEN EN ARMA

Algunos convierten estos sentimientos negativos en un arma y los utilizan contra ellos mismos. Cuando juzgan su actuación o su comportamiento como inapropiado o un fracaso, se convierte en una prueba más de su indignidad. Lo ven como una señal de su debilidad como ser humano: es permanente, omnipresente y personal.

Estas reacciones también pueden provenir de una versión idealizada de lo que es bueno y correcto que se basa en algo inalcanzable, por ejemplo creer que uno sólo puede ser una buena persona si es como Mandela o Gandhi.

La gente cree que debe ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos o será un fracaso. Se juzgarán a sí mismos como inferiores en algún aspecto. Creen que que no tienen la resistencia, la moral, la creatividad, el coraje, el cerebro, la ética del trabajo, disciplina, lo que sea, para convertirse en lo que creen, a menudo inconscientemente, que es una persona “que vale la pena”.

Esto es una subpersonalidad inútil y destructiva que realmente debe ser desechada. Cuando tratamos con estos pensamientos, nosotros, como entrenadores (líderes) debemos ayudar a corregir su pensamiento y a ver todo lo que es cierto sobre de sí mismos y de su situación.

Al igual que Peter con el equipo nacional de hockey, el trabajo del entrenador (líder/gerente) consiste en hacer preguntas y observaciones que ayuden a la persona a mirarse a sí misma sin juzgarla. Al líder corresponde ayudar a discernir por sí misma cuándo está utilizando los sentimientos negativos para menospreciarse, atacarse uno mismo, en lugar de utilizar el dolor para explorar el conflicto entre lo que es y lo que debería ser.

DIRIGIR NUESTRO PROPIO DESARROLLO

Un campeonato mundial ofrece un ejemplo extremo de sentimientos negativos cuando se produce un fracaso, pero este tipo de contratiempos se producen en mayor o menor medida en todos los entornos. En los negocios, las emociones negativas pueden provenir de un individuo o de un equipo que no ha rendido como se esperaba. Pueden originarse de la pérdida de una gran cuenta, del incumplimiento de un plazo importante o de haber dicho algo incorrecto.

Sea cual sea la causa, como entrenadores (líderes o gerentes) queremos apoyar el movimiento de nuestra gente hacia lo que debería ser; ayudarles a superar su estado interno actual y a tomar las riendas de su desarrollo. A esto le llamamos tercer factor de habilidad: una destreza que libera nuestra voluntad, eliminando el control que los sentimientos negativos ejercen sobre sobre nuestro comportamiento. Cuando reconocemos los sentimientos negativos sin juzgarlos ayudamos a las personas a observar su malestar y a comprender lo que se está señalando, estamos desarrollando su capacidad de dirigir su propio progreso. Esto es lo que libera su voluntad de trascender en lugar de descender.

Acerca del autor de este caso de aplicación:
SANDRA STARK es cofundadora de Third Factor
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