La constitución de la NBA es vinculante al igual que el arbitraje. Los acuerdos entre los dueños de franquicia y el holding limitan la capacidad de los propietarios para demandar a la liga y a otros titulares del negocio.
RESUMEN
Esta es una de las numerosas declaraciones ofensivas que surgieron de un mensaje que el dueño de la franquicia de la NBA Hawks de Atlanta, Bruce Levenson, le envió a sus colegas: “Empecé a observar la arena durante los juegos y noté lo siguiente: es 70 por ciento negro, las porristas son negras, la música es hip hop y hay pocos padres e hijos en los juegos. Mi teoría es que la turba negra asustó a los blancos y de plano no hay suficientes fans negros y ricos que constituyan una base significativa para los abonos de temporada.”. Basado en otro episodio similar, Adam Silver, comisionado del holding NBA, suspendió de por vida al octogenario Donald Sterling y con resolución corporativa fue obligado a vender a los Clippers de Los Ángeles. El argumento: comentarios racistas “profundamente ofensivos y dañinos”. Incluso el presidente de EE.UU., Barack Obama, se refirió al asunto como de “declaraciones racistas muy ofensivas”. Estos sucesos en una de las industrias del entretenimiento más importantes de Estados Unidos, ha puesto en visibilidad el problema de la segregación en las fábricas de producción de uno de los productos favoritos de los estadounidenses, al tiempo que abre la controversia social y económica sobre las responsabilidades de las marcas que buscan a sus clientes basándose en los ingresos, la raza, la religión o cualquier otro factor demográfico.
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