Pep Guardiola es un gerente de campo que dispone de suficientes activos de calidad para formar casi dos 11 titulares diferentes sin sacrificar el calibre de la materia prima y el estilo de liderazgo de la marca Manchester City.
Dos elementos han sido cruciales para la gestión exitosa de la marca Manchester City en la industria del fútbol inglés: la cultura colectiva y la integración vertical practicadas por el gerente de campo Pep Guardiola.
La administración tanto del proceso de fichajes de la materia prima (jugadores) y su compromiso con el concepto de grupo por encima de las individualidades estrella son parte del acierto estratégico en los estadios de la Liga Premier.
El gobierno ejecutivo de la marca deportiva ha puesto para la ejecución del español Guardiola uno de los presupuestos netos más altos de la industria de fútbol inglés. Pero es la diligencia de la gerencia de campo para tramitar la colectividad la que transforma estas inversiones corporativas en indicadores positivos.
Si bien el equipo ya tenía jugadores de alto rendimiento y con muchos años de servicio como el mediocampista Kevin De Bruyne (2015). A su llegada en 2016, Guardiola pidió una fuerza productiva sólida para iniciar bajo sus principios de liderazgo la estructura del éxito. Llegaron: Kalvin Phillips, Sergio Gómez y Manuel Akanji.
El enfoque de la integración vertical
El modelo de gestión de la empresa Manchester City nutre a Guardiola de suficientes activos de calidad para formar casi dos 11 titulares diferentes sin sacrificar el calibre de la materia prima y el estilo de juego. Un asunto que los rivales en la Liga poco gestionan.
Existe una feroz competencia entre los clubes para acceder y desarrollar a los mejores talentos globales. Para mantenerse al día, muchos buscan soluciones alternativas.
Un enfoque dominante se llama integración vertical.
El holding City Football Group (CFG), propietario de Man City, y Red Bull Sport, adquieren clubes satélites en ligas más pequeñas.
Estos afiliados son de su propiedad o controlados por el club u organización principal. El objetivo es asegurar el tiempo de juego para los jóvenes talentos que de otro modo no tendrían acceso a las oportunidades del primer equipo.
CFG tiene clubes satélites en 10 países, incluidos Estados Unidos, Japón, Australia e India.
El Manchester City utiliza la red de exploración de estos clubes satélites para conocer a jugadores que de otro modo no estarían en su radar. Luego los traen a la familia CFG ofreciéndoles un posible futuro de jugar en el primer equipo.
Esto le da al City una ventaja competitiva sobre sus rivales en los “Seis Grandes” clubes de Inglaterra, ya que ninguno de sus competidores gestiona esta diversificación de modelo de negocio.
El enfoque cultura colectiva
Guardiola ha creado una poderosa identidad en el Manchester City. Su liderazgo en el club se puede comparar con la filosofía de “no idiotas” del equipo nacional de rugby de Nueva Zelanda, el All Blacks. Se basa en la creencia de que la cultura colectiva de un equipo puede ser estropeada por una mentalidad egoísta.
Esto se demostró recientemente en la decisión de Guardiola de prestar al lateral Joao Cancelo al Bayern Munich durante la ventana de transferencia de invierno. En enero y febrero, los periodistas especulaban sobre el lenguaje corporal y el estado de ánimo de los jugadores en el vestuario del City.
Uno de esos jugadores fue Cancelo. Él admitió sentirse infeliz si no era titular en todos los partidos.
Cuando Cancelo solicitó irse, Guardiola se apresuró a complacerlo porque puso al equipo por encima de sus miembros individuales. Fue una decisión crucial para la armonía del equipo.
La investigación muestra que medir el efecto de un líder en el desempeño organizacional es una tarea desafiante. Esto se debe a que hay múltiples factores que pueden causar un impacto positivo o negativo. Pero sin duda, mientras que el Manchester City había ganado títulos de la Premier League antes de la llegada de Guardiola, su liderazgo ha transformado al equipo.
Les ha ayudado a convertirse en “monstruos híbridos” que pueden jugar con cualquier formación y combinación de despliegue en el campo sin que la armonía de grupo se afecte a pesar de los rótulos exitosos en sus carreras por los diferentes campos europeos.
El Manchester City aún no ha jugado las finales de la FA Cup y la UEFA Champions League. Si bien son los favoritos para ganar ambos trofeos, el fútbol es un juego divertido y nada es seguro hasta que suena el silbato final.
En caso de salir victorioso, el Manchester City se convertirá en el segundo club inglés en ganar el triplete (Liga, Copa y Campeonato Continental) desde que su rival, el Manchester United, lo hizo en 1999. También se quedaría como el sexto club inglés en ganar la UEFA Champions League y uno de los mejores equipos de fútbol de la historia.
Acerca del autor de este artículo académico:
Sarthak Mondal es profesor de Gestión Deportiva de la Universidad de Portsmouth
Este artículo original ha sido publicado en theconversation.
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