Como Lamine Yamal, Jesse Owens y Nico Willians están demostrando que el valor y las capacidades deportivas nada tienen que ver con las “razas”, y que el racismo no es más que un comportamiento ideológico preconcebido que califica y discrimina.
Con más de mil millones de seguidores distribuidos por todo el mundo, el tenis es el cuarto deporte con mayor consumo, solo por debajo del fútbol, el críquet y el hockey sobre hierba. Y el quinto de los más practicados, con unos 300 millones de jugadores.